Pensar la muerte

Finitud

Conversación con Fernando Pessoa

Llego la muerte a llamarme hombre,
pequeña lámpara, fuego dormido.
Yo soy la aurora, repliqué,
y tu extenso silencio
es sólo el plazo entre mis sueños.

Embriagado de orgullo,
tomé su manto y la vi desnuda.
Era un océano de vapor oscuro,
memoria de una estrella
insondable ausencia
abismo mudo y  sin brío.

Entonces regresé a la mínima voz de mi brasa
los pequeños poemas de mi sombra
la brevísima chispa de mi alma.




Morir

Conversación con Borges

Nunca quise morirme.
No tenía ganas de despertar de esta vida.
Arrancarme de sus juegos, su tibieza,
la fecunda  acción  de los vientos,
el profundo amor de la lluvia.
¿Por qué cuesta tanto salir de este sueño,
olvidar  la  esperanza, despedir el infortunio?
¿Por qué es tan tiste este viaje?
Quedar desprovisto de memoria.
Sombra en una sala de clases.
Hielo en las manos de un niño.
¿Quién serás cuando yo regrese al agua
y viva en tu rostro un segundo?



Disolverse


Cómo puedo dejar la niñez?
hacerme anciano como las luces del templo
desligarme del pulso solar de las flores
avivar la lluvia que roba silencios
apagarme como estrella en la plena mañana
ceder mi espíritu a la voz de las aguas
olvidar mis juguetes
disolver la memoria


Contra el olvido

Bajo esta tumba hay un poema
humilde silencio tras la lluvia
sombra privada de su aurora
memoria habitando la ternura.


Presencia de mi tumba

Tengo miedo del olvido erguido sobre estas piedras,
miedo del dolor que gritan los gusanos,
miedo al vacío girando entre mis huesos,
envidia de otros ojos que reciben  las estrellas.


Tras la muerte

He derrotado al óxido y al puma
fui el leve dolor de la lluvia
la elevación del vapor
en las bocas de los niños
vuelo perfecto de la  flecha
hebra enamorada de su aguja

Ahora abrí la última puerta
y aquí –  en el único plano-
soy la paz liviana de las ramas
peso tremendo de los higos
palabras cedidas a mi hija
mi energía sirviendo a la existencia
profundo silencio del olvido.


Sólo el Señor transmuta

Conversación con Mishima

A diferencia de mi conciencia
la rosa lleva escrita su eternidad
sonríe ante la lluvia y el viento
su energía es la delicia eterna. (William Blake)


Encarnación


Hoy he vuelto a ser un hombre

dejé  el barrio de las zanahorias
la vecindad del zapallo
el humor de la rosa
los bigotes trasparentes del gato

Hoy estoy de regreso
dejé  la altitud de mis alas
el poder de sus sueños
la raíz de la aurora
la presencia serena del Uno


La acacia me es conocida

La acacia me es conocida

Soy una expresión del sol
Renazco desde la sombra
Viajo en la palabra
Soy parte de la Unidad
Lo permanente
Lo incondicionado.
La acacia me es conocida
Soy una expresión del sol
Soy otro  a través del amor
Soy más que el ego
Soy tú a través de la palabra
Soy tú por medio del amor.
La acacia me es conocida.
Vivo y renazco en ti
Soy Luz
Soy Hiram
Soy el Dios de los Salmos
Me llamo también Humanidad.


Tras el silencio

Conversación con Gottfried Benn

Todos morimos sin nombre
nuestro cráneo es ajeno a la palabra
su único verbo es la serpiente
bosque creciendo en nuestra casa
poemas golpeados como clavos
hierba  saliendo de la tumba
agua corriendo en todas partes



Resurrección

Conversación con Armando Uribe

El hombre emergió de sus cenizas.
Desnudo y casi sano.
Armado apenas con su flauta.
Sombra de un día suyo.
Retazos de su memoria.
Su herida en el costado izquierdo.
Alegría que un día tuvo.
Un  pequeño cinerario en la cabeza.